El parto de Shivani

Cuando todo fluye, qué fácil es hacer mi trabajo. Cuando nada cuesta, el día a día con una pareja, las visitas prenatales, cuando todo sale así, sin más.

Los conocí por un mensaje que enviaron desde México: “te hemos conocido por internet, ¡nos encantas y deseamos conocerte en persona!” Sentí luz, amor, conexión y entendimiento. Y así fue la primera vez que nos conocimos, como si nos hubiéramos visto antes un montón de veces. Alguna otra ocasión ya me ha sucedido, seguro que a vosotros también, que conoces a alguien con quien conectas en el minuto 0 y parece que os conocierais de antes.

Todo estaba preparado, la historia clínica hecha, la lista del parto completa, la casa preparada, la piscina comprada, el hermanito preparado para la llegada del nuevo bebé, los controles hechos, todos tranquilos. Y los días pasaban y pasaban con calma, sin aviso, pasó la semana 41 y empezaron a sentir presión, como es habitual: ¿se va a quedar ahí dentro? ¿saldrá?

Ella siempre supo que todo iría bien y Uma, su pareja la acompañaba en esa calma.

Si alguna vez habéis estado de vacaciones en el trópico o las Canarias y te encuentras tumbado en la playa, corriendo una suave brisa en tu cara mientras el sol te calienta sin quemarte, observando delante de ti un mar limpio y cristalino, esa sensación que tienes por dentro, eso que sientes en tu corazón, es lo que siento yo cuando estoy con ellos. Paz, una inmensa paz.

Siento que mi trabajo está en orden y que las cosas son como tienen que ser. Y ahí está Ariana, mi compañera, en paz con el universo y consigo misma para tener el control del momento, y que yo no tuviera que soltar las manos de Shivani, que tan fuertemente me apretaban. A veces la labor de una matrona es estar en el lugar donde la madre la necesita y confiar en ella sin hacer absolutamente nada más.

Me encanta, me enamora, me enternece… ver a los papás recibir a sus hijxs, de pronto sus miedos se calman, su seguridad aparece y saben exactamente lo que tienen que hacer. Querido Uma, ver en tus ojos la emoción que te producía el instante tan salvaje en que recibes a tu hijo, no tiene precio. He aprendido mucho, sobre todo que no siempre hay que aprender a base de palos, el amor tiene mucho que enseñarnos. Gracias familia

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2 comentarios en «El parto de Shivani»

  1. Estoy sentada en la cama, al lado de mi hija viéndolo, súper emocionada recordando mi parto. Qué bonito es. Qué importante tener a personas como tú y Ariana para que nos dejéis parir. Os quiero.

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