Sobre mi

SOY LAURA SOLA,

Matrona, asesora en lactancia materna, enfermera especialista en salud mental y perinatal, y doula.

¿TE ACOMPAÑO?

SOY LAURA SOLA,

Matrona, asesora en lactancia materna, enfermera especialista en salud mental y perinatal, y doula.

¿TE ACOMPAÑO?

Así empezó todo...

Nací en Zaragoza, 5 años y medio antes que mi hermana. No fui esperada pero, aun así, sé que me quisieron mogollón.

Sé alemán porque era el colegio más cercano a mi casa. E inglés porque la mitad del último año de enfermería, lo pasé en Göteborg, Suecia. Y el sueco era mucho más difícil de aprender.

Con 9 años me fui yo sola a Alemania en un intercambio (qué locos mis padres) y desde entonces me ha gustado mucho viajar y conocer culturas.

Así que, con 18 años, tras pedir una recomendación en la universidad (gracias Paco), me fui a Nicaragua a aprender con una matrona de Rivas llamada Deyanira.

Trabajábamos guardias de 24 horas en un hospital comarcal en el que comíamos mangos del árbol que había a la entrada y bebíamos leche de una vaca a la que cuidábamos entre todos. Las maniobras de Leopold (para saber cómo está colocado un bebé en la tripa de su madre) y los tactos vaginales, los aprendí allí.

Allí atendí también mi primer parto yo sola, con ayuda de la señora de la limpieza que pasaba la mopa.

Sabe más el diablo por viejo que por diablo.

Al terminar enfermería

Tras terminar enfermería y hacer la especialidad de salud mental en Reus, volví a Zaragoza a trabajar en el Servet de enfermera de consultas de infantil y quirófano de maternidad.

Juro que a pesar de no ser mi trabajo ideal, me lo pasé en grande, porque en realidad, allí hay gente muy maja.

Como me había presentado varias veces al EIR y no conseguía sacar plaza de matrona, me preparé para irme a Londres.

Y cuando ya tenía el acceso a la universidad y al hospital, estaba colegiada e incluso tenía el piso de alquiler, un mozo estupendo se coló en mi vida para cambiarme el rumbo e indicarme el que más se adecuaba a lo que yo quería.

Gracias Carlo, eres un tipo genial. Así acabé en Perú, aprendiendo de Leonie, una partera tradicional con un carácter tan fuerte como el mío con la que me reí y me sigo riendo a lágrima viva.

Mi padre todavía piensa que irme a Perú fue un error, porque como dice él, empecé la casa por el tejado.

Evidentemente al volver a España, tuve que hincar codos y sacarme de una vez mi plaza de matrona.

Mientras estudiaba 12 horas diarias, tuve a Lorenzo, mi primer hijo, en una cesárea, que era lo último que esperaba yo.

Para aprender, perder.

Mi gran maestro me enseñó que cuando una se está preparando para ser madre, no puede prepararse para nada más.

En cuanto dio comienzo la residencia de matrona, me enteré que estaba embarazada de mi segunda hija, así que tuve que hacer un parón a mitad de camino.

Y mientras tanto me separé del padre.

Hasta aquí creo que me da para las primeras 400 páginas de un libro.

Con mi segunda hija tuve el parto en casa que soñaba y fue una experiencia que confirmó lo que ya sabía, que indudablemente quería dedicarme a esto.

Terminé la residencia de matrona un 26 de enero de 2016, el mismo día que operaban a mi hijo Lorenzo a corazón abierto, el mismo día que comenzaba la custodia compartida de mis hijos, el mismo día que se ponía una mujer de parto a la que iba a acompañar (que por supuesto no pude) y el mismo día que se lanzaba mi web.

Por favor, si alguien sabe de astrología, que me mire la conjunción de astros que había ese día porque aquello no fue ni medio normal.

En los últimos 7 años, estoy con mi pareja actual, Pablo, sin el cual este proyecto sería inviable a esta escala, sobre todo porque tenemos una hija pequeña, que se llama Selva (ojalá le hubiese puesto Paz) que tiene un punto de intensidad que nos vuelve medio locos.

Vamos, que esto más que un trabajo, es un estilo de vida muy sacrificado.

Mi último parto, el de Selva, fue un parto autogestionado en mi casa, del cual, todavía sigo aprendiendo muchísimo, ya que las experiencias de parto para las mujeres, suelen ser procesos trascendentales y muy profundos que nos dejan huellas de por vida.

Desde 2008

Y mientras tanto, durante todos estos años (desde el 2008), he ido formándome como:

Así por mencionar algunas de las más importantes para mí.

Me considero partera tradicional con título de matrona e intento mezclar la sabiduría ancestral con la ciencia, porque creo que del blanco al negro hay una escala de grises maravillosa y muy sana.

En toda mi carrera profesional, he acompañado casi  400 partos y sigue siendo una actividad fascinante.

Además, hago talleres prenatales y consultas de lactancia a domicilio, de seguimiento de embarazo o de salud femenina.

Y el que quiera saber más (menuda confesión de vida que he hecho aquí), que se vaya a Salamanca, o que visite mi blog.

*Añado aquí que si alguien quiere regalarme algo, soy una tía fácil: libros, siempre libros, nunca falla.

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