Es la segunda vez que acompañamos un parto de L, un embarazo, una maternidad y una crianza. Siempre es un lujo, es de esas mujeres que saben muy bien lo que implica tener derechos, luchar por ellos y asumir responsabilidades.
Este último parto, llega justo después de la detención en Oviedo, de una mujer que se negó a una inducción, cuya justificación era pasarse de la semana 42. Siempre pienso que la vida no es casual, que en realidad está todo medido y ajustado matemáticamente para que confluya en coincidencias, causalidades y casualidades que parecen darse con varita mágica.