Recuerdo pocas cosas de mi parto, ya que antes nunca había estado tan conectada con mi cuerpo y tan desconectada con mi entorno. Recuerdo como me abrazaba con mi pareja, como si fuera mi ancla, recuerdo la presencia y el apoyo de mi matrona y mi doula, como me aliviaban y me animaban con sus palabras y masajes, recuerdo el miedo, recuerdo el dolor…
Recuerdo estar desnuda, más abierta y expuesta que nunca, toda mi privacidad se fue hacía ya varias contracciones y mi pudor bajaba según aumentaba el dolor.